¡Tributos! Bueno, después de ver como encabezar la historia según la entrada que os puse preguntado, ¡aquí esta el 4º capítulo del blog Saquito de Pino! También quería comentaros una nueva idea que se me a ocurrido al escribir el capítulo, ¿y si pongo imágenes que encuentre por internet para que os imaginéis mejor el capítulo? por ejemplo, si el capítulo va de tirar hachas (este caso) pondré fotos en las que se haga lo que se cuenta (una foto de tirar hachas). No se si me he explicado, pero ahora lo podréis ver, espero que os guste la idea y que me dejéis un comentario de si os gusta, que os parece o si debo quitarlo. No os entretengo más, disfrutad y dejarme un comentario abajo (recordad que me sacáis una sonrisa cada vez que comentáis y me ayudáis a que este blog siga):
Han pasado
ya varios meses de aquella promesa, aquel día en que ese padre prometió a su
hija que la ayudaría a sobrevivir. Voy todos los días que puedo a entrenar y Keely
me acompaña siempre. Keely es mi mejor amiga, la conozco de toda la vida ya que
su madre y la mía son amigas también. Keely siempre me anima y entrena conmigo de vez en cuando ya
que al tener la misma edad, las dos estamos en el sorteo y como mi padre sabe
que es mi mejor amiga aceptó a entrenarla también a ella. Cuando llegamos,
dejamos nuestras cosas en la cabaña y nos entrenamos en un puesto al azar.
-Johi, ¿por
dónde empezamos?
-mmmm, ¿qué
tal por hachas? Se me están dando genial.
-Está bien,
vamos.
Nos
disponemos a lanzar hachas a las dianas y noto que ya caen en la diana y con
fuerza, lo cual noto que vamos mejorando ya que al principio las lanzábamos débilmente
o teníamos una mala puntería que las lanzaba fuera de la diana. Con el tiempo
seremos más letales y mortíferas, y conseguiremos oportunidades de salir con
vida si desgraciadamente somos elegidas tributos del distrito 7.
Mientras
ambas lanzamos hachas, me llegan pequeños recuerdos de Keely y míos de cuando éramos
pequeñas y jugábamos en el bosque, mientras nuestros padres trabajaban.
Recuerdo un día que mientras dábamos una vuelta, nos topamos contra un nido de
rastrevíspulas, tuvimos miedo, ya que en clase nos explicaban que eran peligrosas y que varias
picaduras podían ser letales. Al verlo, salimos a correr en una dirección al
azar huyendo de ellas. Ya calmadas, nos dimos cuenta de que no reconocíamos
aquella parte del bosque y que andábamos perdidas, por si no fuera ya bastante,
pronto se haría de noche, y unas niñas de 9 años pueden llegar a ser unas
presas para cualquier depredador más grande que nosotras. Como no sabíamos
volver, empezamos a llamar a nuestros padres gritando sus nombres por si nos
oían, pero al buen rato de gritar, nos dolía la garganta y seguimos caminando
hasta encontrar un buen árbol bastante grande y alto al que trepar. Encontramos
un haya al que subimos sin problemas, ya que solemos ser las que subimos a las
ramas más altas a ayudar a los leñadores. Tras acomodarnos, formar una especie
de “cama” con nuestros abrigos (que por suerte hoy veníamos bien abrigadas) nos
arropamos y decidimos que al día siguiente intentaríamos subir a un árbol alto
para buscar el camino a casa. Teníamos algo de hambre, y al ver un almendro
cerca nuestra, cenamos algunas almendras que cogíamos y partíamos con piedras. A
la mañana siguiente, encontramos un roble alto en el que observamos que no
había mucha distancia de aquí a casa así que memorizamos la ruta y fuimos a
casa. Nuestros padres, que seguían buscándonos desesperados, nos los encontramos cerca del lugar de trabajo,
por si habíamos vuelto. Nos echaron un poco la bronca, pero al final, de la
felicidad de encontrarnos, nos dieron un gigantesco abrazo y nos llevaron a
casa. Nos preguntaron que como nos perdimos, que hicimos e hicimos el trato de
en vez de preocupar a nuestras madres, decirles que habíamos pasado la noche en
el bosque de camping. Para reconfortarnos porque estábamos algo asustadas, nos
compraron unos caramelos, todo un lujo en el distrito, ese día fue genial.
Salgo de mis recuerdos al oír como exclama Keely.
-¡Johi lo
has conseguido! ¡Has dado justo en el centro!
Me fijo en
la diana después de estar un rato sin hacer caso y veo que tiene razón: he dado
en el centro, justo en el punto. Sonrío de la alegría porque es un gran paso ya
que antes solo daba más o menos por la mitad.
-¡Genial! ¡Ya
voy progresando y se me va dando mejor!- exclamo alegremente y abrazando a
Keely.
-Aw, nunca se
me darán las hachas como a ti Johi, ¡no se me dan bien!- dice triste.
-¡Claro que
sí! Solo te falta práctica, o simplemente, busca otra arma, a mí se me da bien
esto, pero no se me da muy bien la espada.-digo para animarla.
-Bueno, si tú
lo dices, probaré otra arma. Oye, ¿no te parece que ya se va haciendo de noche?
Deberíamos volver…
-La verdad
es que sí, vamos a recoger ya.
Dicho esto,
recogemos todas las herramientas y le digo a Keely que voy a guardar las armas
un momento. Justo al cerrar la puerta y ponerte el candado oigo el sonido de
una rama rota…
I N C R E I B L E!*-* me ha encantado, sobre todo el personaje que as añadido de Keely. La foto de la hacha te ha quedado mas que bien y cuando Johanna piensa en un recuerdo de su infancia ha sido precioso. Un cap. mas que maravilloso. Escribes como una verdadera escritora!
ResponderEliminarSigue asi compañera Bloggera ;)
Besos M.T
PSD : Aqui te paso el enlace para poner musica en tu blog : http://scmplayer.net/
¡Aw! GRACIAS GRACIAS GRACIAS Y MIL GRACIAS MÁS. Mil gracias compañera bloggera, para mi significa mucho :')Entonces, ¿te gusta lo de la foto? Tequiero mucho compañera bloggera. Beesitos Johi. :D
Eliminarpd: ¡gracias! ahora lo veo :3
A mi el capítulo me ha encantado ^^
ResponderEliminarEs una buena idea lo de añadir cosas de como era su infancia y todo eso, además queda una año para la próxima cosecha algo tiene que pasar jaja
Lo de las fotos tambien me gusta le da un toque "alegre" por así decirlo al capítulo.
Besos ;)
¡Aww, muchas gracias! sí, la verdad esque dije, quiero meterle mas historias al blog, no solo lo de los juegos y las fotos mas de lo mismo :D
Eliminarbesoooos ^^